Alonso Núñez Núñez es uno de los artistas flamencos de mayor relevancia del último tercio del siglo XX y parte del XXI. Es natural de Chiclana de la Frontera, donde vio la luz en 1945 y donde muy pronto fue conocido con el sobrenombre artístico de ‘Rancapino’.
De cuna gitana, nace en una familia en la que no faltan antecedentes flamencos. Su abuela era la cantaora portuense Antonia García Moreno, más conocida como ‘Tía Antonia La Obispa’, y su tío, el cantaor Orillo del Puerto, hermano de su padre, Manuel Núñez Núñez, conocido como ‘Orillito’.
Rancapino se inició como cantaor durante su niñez actuando en reuniones, en ventas, en la barbería de Miguel Pérez o incluso, según reza su leyenda, en los tranvías. Fue en esa época donde fraguó su íntima amistad con José Monge ‘Camarón de la Isla’, con quien compartió algunas de esas andanzas y actuaciones imprevistas en la Venta de Vargas o en la Feria de Sevilla. A veces, juntos imitaban, por divertirse, a las grandes figuras de su tiempo.
En realidad, Camarón y él eran primos hermanos por parte de madre: Juana. Esta mujer, madre de José Monge, era hermana de la madre de Alonso, cuatro años mayor que el cantaor de La Isla, quien por ello solía llamarle ‘El Viejo’.
Frecuentó durante su juventud los tablaos madrileños y andaluces, aunque también realizó giras por algunos países europeos y africanos, por Estados Unidos o Japón, donde participó en grabaciones ocasionales de artistas flamencos de dicho país.
El cante de Rancapino se asienta en la tradición familiar y en las preferencias de la época, en un abanico que abarcaba desde Manolo Caracol hasta Aurelio Sellés, aunque en su panteón artístico personal también quepan ‘La Perla de Cádiz’ o Manolito el de María… y, por supuesto, Camarón.
A juicio del periodista y crítico de música flamenca Alfredo Grimaldos, el cante de Rancapino “rehúye con sabiduría el grito estridente y es capaz de mecer al aficionado entre la queja trágica de la seguiriya y la dulzura vitalista de los aires salineros por alegrías”.
Alonso Núñez ha legado algunas grabaciones aplaudidas por la crítica, pero también momentos legendarios en la historia del cante, como cuando obtuvo en 1977 el Premio Enrique El Mellizo en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Tampoco faltan otros galardones, como el prestigioso Premio Lucas López de la Peña El Taranto, de Almería. A partir de estos reconocimientos, su presencia fue constante en los festivales flamencos, convirtiéndose en un icono en Madrid, desde donde fue reivindicado en un momento crítico de su carrera.
Según la crítica, el cante de Rancapino destaca, entre otros estilos, con un exquisito compás por seguiriyas, soleares y malagueñas. Su debut discográfico se produjo en 1972, con un álbum editado por BMG y en el que aparecía acompañado por la guitarra del jerezano Paco Cepero. En aquella ocasión, impresionaron sus alegrías, tangos, tientos, soleares, fandangos, malagueñas del Mellizo, minera, seguiriyas, soleares o bulerías.
Tras una larga ausencia de las casas de discos, volvió a grabar, esta vez con Turner Records, en 1995. Esta obra supuso un homenaje implícito a Aurelio El Tuerto, de quien versiona sus malagueñas y sus alegrías, y a Manolo Caracol, con sus fandangos caracoleros y su zambra, que convertiría en un clásico de su repertorio escénico. En esta obra, cuya cubierta diseña Miquel Barceló y en la que vuelve a estar acompañado por la guitarra de Paco Cepero, se deja ir también por tangos, fandangos, seguiriyas, bulerías, soleares o martinetes.
Su discografía es extremadamente corta, pero hay que añadir a ella el CD que acompañó al libro Ronco de andar descalzo, su biografía escrita por Pedro Antonio Quiñones Grimaldi en 2011, cuyo título alude a una de las frases recurrentes de Alonso: “Canto ronco de tanto andar descalzo cuando niño”.
En 1995, acompañó en una gira por México a Chavela Vargas y a Joaquín Sabina, entre otros artistas. El 17 de noviembre de 2006, se le tributó un homenaje en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, organizado por Miguel Poveda y en el que participaron numerosos artistas, como Arcángel o su propio hijo Alonso. En el año 2021, el Ayuntamiento de Chiclana le rindió un tributo similar por su 75 aniversario.
De entre sus hijos, destaca en los últimos años como cantaor de excepción Alonso, que empezó a darse a conocer como ‘Rancapino Chico’. También su hija Ana y su nieta Esmeralda Rancapino han apuntado maneras flamencas.